Cada vez que el equipo se coloca segundo en la clasificación general, la siguiente partida se juega mal y se pierde. ¿Presión por ir segundos? ¿No creerse que es posible el subcampeonato? ¿Mala suerte? ¿Mal de ojo? ¿Planetas mal alineados? No sabemos la respuesta y quizá nadie la sepa, ni siquiera Iker Jiménez.
La noche fue un desastre. Ni uno solo del equipo jugó bien, todos por debajo de nuestras medias y así nos fue, perdimos con los sordos, que no hicieron nada del otro mundo y nos despedimos de esa segunda plaza, la cuál ahora se pone mucho más cara de conseguir.
Eso sí, risas, cachondeo y muchos bogardes no faltaron en la bolera, que al final eso es lo más importante. Como dijo un gran filósofo de nombre desconocido:
"Que unos pocos bogardes no te amarguen la noche"
¡¡¡AMUNT GUARDIANES!!!
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